Cuando termina el invierno y las temperaturas empiezan a subir, las viñas empiezan a despertar de su letargo invernal y arrancan su ciclo vegetativo. La savia empieza a correr por los vasos y, a través de los cortes que se han realizado durante la poda, empieza a salir un líquido transparente que es el primer indicador del inicio del ciclo vegetativo. A partir de ahí empiezan a verse los primeros brotes en las cepas. A esta fase se le llama el lloro. ¿Sabías que pueden llegar a salir hasta 5 litros de este líquido por cada planta.